Sali de mi cuerpo, cruce un oceano, senti la brisa del mar, el frio del cielo, vi amanecer y llegue.
Camine por callejones estrechos hasta que te encontré, amanecía, y te halle...
Dormido, frágil, pálido, me fue tan fácil percibirte, solo me deje llevar por la intuición y un poco de amor.
Me metí por tu garganta hasta llegar a un gran hoyo que giraba en espiral, pude ver lo que hay en ti...
Eres por dentro un azul pálido con el de un atardecer de mar frío, eres, como un libro viejo, desgastado, como una foto sepia. Permanente he inalterable en esencia.
Allí logre volverme etérea y meterme en tus sueños, te desperté amor mío nuevamente pude tener valor.
Después me sali y me sente frente a ti, totalmente volatil, brillante y audaz,
Me viste tan real como yo a ti. lo sentí aquí, donde mi cuerpo aun estaba sin mi.
Duro dos segundos quizás 5, el sabernos frente a frente.
Te bese, voltee y me distrajo el exterior terrenal, volví a verte y estabas igual que yo, volátil, ninguno de los dos podía ver al otro, solo sentirse, era algo astral.
Volví a ser yo, recordando que el problema no es no estar entrelazados.
El problema son las distracciones que se llevan lo corpóreo.
Creí que había dejado de extranarte, a veces me descubro pensando que no fue así.
Pero se que aparte de hallarte, no puedo sentir.
qué bonita foram de recordar, algo astral, sí, esa es la palabra, astral
ResponderEliminarUn beso